Luego de vivir un tiempo en cuarentena y bajo otras restricciones de circulación impuestas desde el 2020, los datos entregados por Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales: Termómetro de la salud mental en Chile, reflejan una mejora en los indicadores a nivel general, sin embargo existe un importante incremento en el nivel de ansiedad.

La salud mental es “una parte integrante de nuestra salud y bienestar generales y un derecho humano fundamental. La salud mental significa ser más capaces de relacionarse, desenvolverse, afrontar dificultades y prosperar” según la Organización Mundial de la Salud.

Muchas de estas proyecciones se dan en un contexto de incertidumbre a nivel social, marcada por la pérdida de empleos e inflación ante una crisis económica, los periodos de elecciones y el retorno al “mundo presencial” de muchas personas que teletrabajaron durante los últimos años. Sumado al aumento de la delincuencia y una agencia mediática que reitera y refuerza estas imágenes estresantes, se encuentran los efectos a nivel material que ha tenido la pandemia.  

Síntomas de ansiedad generalizada

Fuente: Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales:

De acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas, INE (2021), la tasa de desocupación el 2020 alcanzó un promedio de un 10,7%, lo que implicó un aumento de 34,5% en la cantidad de desocupados en comparación con 2019. Estas cifras reflejan un impacto directo y cotidiano en la vida de las personas desembocado en problemas de salud mental, que tienen entre sus principales factores: cambios sociopolíticos, las proyecciones económicas y la misma pérdida del empleo.

El estudio revela que los síntomas de esta ansiedad son: 

Los efectos de la pandemia de COVID-19 siguen teniendo un importante impacto y han generado una crisis mundial en la salud mental. El Informe Mundial sobre Salud Mental: Transformar la Salud Mental para Todos” (2022) de UNICEF indica que “el aumento de trastornos de ansiedad y depresión ha sido de más del 25% durante el primer año de la pandemia. Al mismo tiempo, los servicios de salud mental se han visto gravemente perturbados y la brecha terapéutica de los trastornos mentales se ha ampliado”. 

¿Quiénes son los más afectados? La brecha de género, las infancias y adolescencias.

De acuerdo a la información publicada por el Ministerio de la Mujer y Equidad: la pandemia y el encierro intensificaron la brecha de género en salud mental, ya que la cuarentena significó una mayor carga en labores domésticas, además de incrementar el riesgo a perder la autonomía económica. El informe Termómetro de la salud mental en Chile del 2021 reveló que el 67% de las mujeres dijo sentir estrés por el miedo a que ella o alguien en su hogar pierda el trabajo. Cifra que en los hombres llegó al 49%. (Puedes revisar nuestro artículo: Salud mental en Chile: Cifras de desigualdad que nos dejó el COVID-19 – Edición 2022)

Por otro lado, según ONU Mujeres, desde el estallido del COVID-19, la violencia contra las mujeres (VMC) y las niñas se ha intensificado en países de todo el mundo y es una de las principales causas de trastornos mentales. El informe Midiendo la pandemia de sombra: La violencia contra las mujeres durante el Covid-19 indica que “las mujeres informaron que ellas o una conocida suya experimentaron alguna forma de VCM desde el comienzo de la pandemia” desembocando en más probabilidades de presentar un aumento del estrés mental y emocional que aquellas mujeres que no la sufrieron. 

En el caso de niños, niñas y adolescentes (NNA), un 71% recibe algún tipo de violencia ejercida por alguno de sus cuidadores primarios, de acuerdo a lo indicado por UNICEF Chile y en cuanto a salud mental las cifras también son preocupantes: ”entre el 12% y el 16% de los niños chilenos tienen ansiedad y depresión, mientras que a nivel global sólo sería el 5%”, señala el análisis “Salud mental en niños, niñas y adolescentes. Situación en Chile antes y durante la pandemia por COVID-19”.

En este contexto se conmemoró el Día Mundial de la Salud Mental, que este año tuvo especial énfasis en la salud de los NNA. El objetivo es involucrar a jóvenes y adolescentes, familias y niños en el cuidado y protección de la salud mental en la primera infancia, incluyendo también a sus comunidades educativas y a quienes puedan prestar atención a su salud. 

En Chile, el gobierno ha impulsado la campaña “Construyendo Salud Mental”, un plan que aborda lineas de acción como el fortalecimiento del liderazgo, la mejora en la provisión de los servicios en salud mental, la promoción de la salud mental y la prevención del suicidio, el fortalecimiento en contextos de emergencias y el fortalecimiento de los datos, la evidencia y la investigación.