Esta efeméride busca visibilizar el valor que tiene el trabajo doméstico, remunerado o no, en las diversas aristas de la sociedad.

En 1983, el Segundo Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe declaró al 22 de julio como el Día Internacional del Trabajo Doméstico. Su objetivo es visibilizar y valorar el impacto social, económico y político que tiene el trabajo doméstico, ya sea remunerado o no.

Los trabajos domésticos son los que se realizan en o para un hogar. La Organización Internacional del Trabajo (OIL), menciona que quienes realizan trabajos domésticos: 

prestan servicios de cuidados directos e indirectos y, como tales, son miembros clave de la economía de los cuidados. Su trabajo puede incluir tareas como la limpieza de la casa, la cocina, el lavado y planchado de la ropa, el cuidado de niños y niñas, o de personas ancianos y/ o enfermas en una familia, la jardinería, la vigilancia de la casa, la conducción para la familia e incluso el cuidado de los animales domésticos.

Este tipo de trabajo lo realizan principalmente las mujeres, lo que supone una carga extra para la vida diaria Así como también conlleva una precarización añadida a sus vidas que las pone en una mayor desventaja que, por ejemplo, los hombres.

Por lo mismo,  el Día Internacional del Trabajo Doméstico busca visibilizar esta realidad para que todas las personas tomen consciencia de lo que ocurre y la necesidad de mejorar este escenario.

¿Qué es la feminización de los cuidados?

La feminización de un tipo de trabajo tiene relación con los estereotipos de género que existen en la sociedad. Uno de los estereotipos más arraigados es que los trabajos relacionados a cuidados, limpieza y mantención del hogar, y de las personas que viven en él, son “cosas de mujeres”.

Esta distribución poco desigual del trabajo doméstico y de cuidados quedó en mayor evidencia durante la pandemia por COVID-19. Según datos de una encuesta de ONU Mujeres, en 2020 el 60,9% de las mujeres declararon que el tiempo dedicado a realizar los quehaceres del hogar aumentó en dicho contexto

Al mismo tiempo, solo el 46,2% de los hombres declaró lo mismo, mientras que el 52,2% de ellos afirmó que el tiempo destinado a este tipo de tareas no cambió.

Estos mismos estereotipos le entregan una carga peyorativa al trabajo de cuidados y lo ponen en una valoración inferior al resto de trabajo. Lo que, además de ser discriminatorio, invisibiliza todo el esfuerzo y contribución que produce este tipo de trabajo a la sociedad.

Esta invisibilización resulta aún más grave cuando aparecen cifras que avalan el aporte que este tipo de trabajo entrega a la sociedad. De hecho, en 2022, la Presidencia en Chile mencionó que el aporte del trabajo doméstico al PIB, es equivalente al 21,8% del PIB ampliado. Lo que lo posiciona como el mayor al de cualquier actividad económica.

Por lo mismo, desde LideraMujer valoramos efemérides como el Día Internacional del Trabajo Doméstico. Estas fechas son fundamentales para visibilizar las brechas de desigualdad que se vive en este tipo de trabajo. Lo que contribuye a tomar acción para mejorar la situación entre todas las personas.