Este tipo de violencia es una problemática que afecta a millones de mujeres alrededor del mundo, y desde nuestros ecosistemas organizacionales también podemos contribuir en la prevención y eliminación de esta.

La violencia contra las mujeres es cualquier acto que produzca algún tipo de daño físico, psicológico y/o emocional a las mujeres. Entre los que podemos encontrar maltrato verbal, psicológico, físico, sexual, económico, cibernético, entre otros.

Si bien esta violencia puede existir en variados contextos, una de las más comunes es la ejercida por su pareja. La que en época de confinamiento se vuelve aún más grave ya que muchas de las víctimas deben estar por obligación conviviendo con los agresores. Lo que les dificulta el acceso a redes de apoyo, servicios y alternativas para alejarse de quienes las violentan.

Este tipo de violencia, es una problemática grave de salud pública ya que afecta desde áreas psicológicas, físicas, sexuales, e incluso puede llegar a la muerte. Lo que constituye una violación de los derechos humanos de las mujeres, y vuelve fundamental que como sociedad tomemos acción para erradicarla.

Por eso, desde Lideramujer te contextualizamos esta problemática y te aconsejamos sobre cómo poder aportar desde tu organización a la eliminación de de esta violencia.

 

Cifras actuales

Según Onu Mujeres desde el brote de COVID-19, los datos e informes que presentan quienes están en primera línea revelan que todo tipo de violencia contra las mujeres y las niñas se intensificó. Y entre ellas destacan la violencia que se da en el contexto del hogar.

Por lo mismo, la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, calificó el nivel de violencia contra las mujeres como muy preocupante. E hizo hincapié en la juventud de la mayoría de quienes la sufren. El mismo organismo declaró que las mujeres de países con bajos y medianos ingresos sufren violencia hacia las mujeres de forma más grave y drástica.

Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 37% de mujeres de los países más pobres han vivido violencia física o sexual por parte de una pareja.

Según este estudio, Oceanía, Asia meridional y África subsahariana son las regiones con mayor prevalencia de esta violencia en mujeres de 15 a 49 años, con índices entre 33% y 51%. En Europa, Asia central y el sureste asiático registran las tasas más bajas con indicadores que van de 16% a 21%. Mientras que en América Latina y el Caribe registran un 25%.

Por parte del registro de femicidios en Chile, para abril de 2021 la Red Chilena Contra la Violencia hacia las Mujeres cuenta 12 femicidios y un castigo femicida durante el año. Mientras que el Sernameg registra 9 femicidios consumados y 30 femicidios frustrados.

Además, en 2020 se mostró una variante bastante, cuando durante la cuarentena las denuncias por violencia bajaron 9,6%, y las llamadas de auxilio aumentaron un 43,8%. Lo que se podría explicar por el impedimento de salir a hacer efectivas las denuncias, y solo tener mayor posibilidad de llamar.

Es esencial considerar que todos los tipos de violencia contra las mujeres, y las niñas, puede aumentar en el periodo de crisis sanitaria. Tanto las que se dan en el ámbito público como en el privado, agravándose en el último ya que puede resultar en víctimas de femicidios.

Y por lo mismo se vuelve totalmente necesario que en espacios de trabajo se comprometan con la prevención, protección, y erradicación de la violencia contra las mujeres y las niñas.

Recomendaciones para las organizaciones

A pesar de que la expresión de violencia hacia la mujer más extrema, el feminicidio, suele darse en un contexto privado, desde las organizaciones también podemos contribuir en la erradicación de esta problemática. 

A continuación una lista con recomendaciones para emplear:

  1. Conocer y empatizar con los casos de violencia que puedan estar afectando a las trabajadoras en tu organización. Con énfasis en quienes están teletrabajando desde sus hogares.
  2. Si el espacio de trabajo cuenta con algún tipo de apoyo psicosocial, priorizar  los casos de violencia contra las mujeres y niñas.
  3. Compartir a todas las personas en tu organización los números de emergencia para casos de violencia contra las mujeres y niñas: (1455, 149,134). Y los lugares en que pueden denunciar (Carabineros, PDI, Fiscalía)
  4. Designar y capacitar un punto en tu organización para recibir y conocer casos de violencia contra las mujeres: violencia doméstica, acoso o abuso sexual de parte de trabajadores/as o externo/as/es, ciberacoso, grooming, bullying, entre otras manifestaciones.
  5. Dar la opción a las trabajadoras de informar sobre sus casos de violencia que tengan medidas cautelares vigentes, para que el espacio de trabajo sea un lugar seguro y una red de apoyo. Ofrecer, por ejemplo, que desde recursos humanos tengan una copia de la medida cautelar para conocerla y utilizarla si es necesario.
  6. Realizar capacitaciones sobre prevención y eliminación de la violencia contra las mujeres y las niñas para todas las personas en tu organización.
  7. Generar y seguir protocolos contra el abuso y el acoso sexual dentro de tu organización.
  8. Tener especial atención con el aumento o intensificación de la violencia contra mujeres y niñas que puedan vivir trabajadoras. Ya sea durante el periodo de cuarentena, como también cuando el confinamiento termine.

Si estás viviendo violencia, o eres testigo de ella, puedes pedir ayuda aquí:

Y/o denunciar en Carabineros, PDI o Fiscalía.

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