Las transformaciones de la sociedad Chilena requieren construir nuevas formas de convivencia, y las organizaciones tienen un rol fundamental en esto y lo pueden generar desde sus equipos.

Las organizaciones vistas como nichos de contención necesitan dialogar desde el reconocimiento de la desigualdad, la desprotección y frustración de las personas que la habitan. 

Sabemos que el miedo hace dos cosas de acuerdo a la memoria del cuerpo: activa la movilización o activa la paralización. Según la teoría polivagal de Stephen Porges”En condiciones de estrés extremo el nervio vagal mielinizado (es decir, una estructura multilaminar formada por membranas ) no puede estabilizar el organismo, actuando sistemas más primitivos propios del sistema simpático que generan la respuesta de “huir o pelear”.

Los acontecimientos que hemos vivido nos desafían a reflexionar y  los liderazgos tiene la oportunidad de tomar posición con respeto y declarar (compartir con otros y otras) el ánimo de querer convivir y de cómo esa convivencia debe gestionarse entre todas las personas.

Los antiguos modelos jerárquicos se caen a pedazos y el evitar las conversaciones de fondo y los conflictos, queda demostrado que estallan en cualquier momento y una comunicación errónea puede tener el efecto de bumerán.. 

En este contexto, te compartimos algunas ideas para generar espacios de reflexión y cooperación en conjunto con los equipos:

1.- Reconocer en la práctica las habilidades de empatía y asertividad.

Es necesario abrir espacios seguros, conducidos por personas idóneas para preguntarse por ejemplo: como equipos que nos pasa con los acontecimientos, que podemos hacer para mejorar nuestra convivencia, cuál es el aprendizaje de estos días, o cómo podemos aportar a mejorar la convivencia social. 

2.-Reconocer a todas las personas como participantes de la organización, identificar las brechas y  sus necesidades. 

Cómo podríamos contribuir a disminuir las brechas (todas las que podamos) por ejemplo para mejorar la calidad de vida de nuestros equipos con ideas como: trabajo online en ciertos días que no requiera presencia física o por turnos, bien organizado, compartir los traslados con los compañeras/os de oficina, y otras que le hagan sentido a la organización y las personas que le dan vida.

3.- Identificar el estilo de liderazgo y cultura de Interacción de los miembros del equipo y como contribuye a un buen ambiente de relaciones.

Desde el liderazgo, es imprescindible revisar los estilos de comunicación y relación con los equipos, la cultura interna que puede facilitar o obstaculizar la comunicación y el logro de objetivos, la forma de abordar los conflictos, la gestión del Bien-estar de todas las personas, y sobretodo la coherencia entre los discursos y el hacer. Ya no da lo mismo, ni el fondo ni la forma.

Hoy más que nunca es urgente desarrollar habilidades interpersonales: empatía y asertividad, para una comunicación e interacción efectiva, colaborativa y constructiva con todas las personas.

Soledad Candia Ramírez

Directora Ejecutiva LideraMuje

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