El término “género” no alude a las mujeres propiamente tales, se trata de un concepto relacional. Es decir, observa las relaciones de poder entre sexos, y señala las diferencias que benefician a unos y perjudican a otros. En particular al colectivo de “las mujeres”.

La perspectiva de género se podría homologar al uso de las “gafas” o anteojos. Cuando usamos gafas lo hacemos para “ver” mejor, porque la realidad a primera vista es un poco borrosa y empezamos a ver mal, o a ver según lo que otras personas dicen.

De la misma manera, cuando nos ponemos unas gafas, la perspectiva cambia y, por lo tanto, mejora. Llamemos a estas “gafas” la perspectiva de género.

Si la sociedad nos está diciendo en forma permanente cómo deben comportarse hombres y mujeres, según su asignación biológica-sexual, al ponernos las gafas de género (u observar con “perspectiva de género”) caeremos en cuenta que las diferencias ocurridas entre hombres y mujeres son construidas. Y por lo mismo debemos, y podemos, mejorarlas en pos de una igualdad para todos y todas.

El enfoque o perspectiva de género devela las relaciones de poder que se configuran entre hombres y mujeres, y que derivan a su vez en inequidades de género.

Ahora bien, diversos estudios revisados en los últimos años demuestran que en Chile y en el resto de América Latina existe un efecto de discriminación por género en el mercado del trabajo, donde las mujeres resultan directamente afectadas.

Por ejemplo, los hombres ganan más que las mujeres para cualquier nivel de educación, en cualquier tipo de empleo y tamaño de las empresas. Sólo en áreas rurales las mujeres ganan en promedio el mismo salario que sus pares varones.

Las brechas identificadas en estos estudios se ubican entre el 27% y el 31%. Es decir, las mujeres ganan entre un 27% y un 31% menos que sus pares varones de similares características.

En el espacio del mercado del trabajo, otros estudios han evidenciado desigualdades tanto en los esquemas de inserción laboral de mujeres y hombres, como en las condiciones laborales.

Es así como la perspectiva de género en el trabajo busca una mejor articulación entre la vida laboral, familiar y personal en la lógica de la corresponsabilidad. En Lideramujer entendemos que esto requiere factores de innovación y cambios al interior de la cultura organizacional.

Equipo Lideramujer

Referencia: Tenjo y Bernant, 2001; Di Pasacale y Atucha, 2003; Fuentes, Palma y Montero, 2005; García, 2008; Atal, Ñopo y Winder, 2009 y Perticará y Astudillo, 2010.

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