Cuando Fondo Alquimia me invitó a hablar sobre nuevas maternidades pensé en experiencias que conozco de cerca en el mundo laboral; acciones que contribuyeron a que mujeres madres que trabajan fuera de sus casas, les permitieron conciliar maternidad y trabajo. También pensé en que estas medidas que me ha tocado promover se basan en mi propia experiencia de maternidad.

Tengo tres hijos, nacidos en etapas muy diferentes. Estefanía tiene 23 años, nació cuando cursaba el primer año de universidad. Vicente, hoy de 15 años, nació cuando estaba casada, con trabajo estable y retomando mis estudios. El tercer hijo, Santiago de 5 años, llegó en una etapa más adulta mientras desempeñaba un cargo de alta responsabilidad y que implicaba viajar por América Latina.

La multiplicidad de roles y los tiempos de dedicación son comunes a todas las madres que trabajamos fuera del hogar y sin duda las redes de apoyo se vuelven algo fundamental. Generalmente se trata de redes de apoyo o arreglos familiares que sostienen oras mujeres.

Una de las principales dificultades en la vida laboral es volver luego del post natal. Muchas veces tu cargo ya no está disponible, porque ha sido reasignado, incluso tu escritorio ya no es tuyo. De hecho más del 20% de las mujeres en cargos directivos no se toman todo el periodo del postnatal por temor a perder su puesto.

Hace más de 8 años lideré un proyecto que consistía en un post natal ampliado de 8 meses con horario flexible y objetivos semanales. Luego del post natal que, en esa época era poco menos de 3 meses, los siguientes meses hasta los 8 meses del bebé, las madres y también los padres, podían estar media jornada en forma presencial y el trabajo se terminaba en sus casas cumpliendo objetivos concretos consensuados en equipo y no ajustados a horarios. Esta medida contaba con asistencia permanente, apoyo administrativo y los recursos tecnológicos necesarios. Fue una política muy bien acogida por toda la compañía que significó en concreto la disminución a cero de las licencias médicas por hijos menores de 1 año. Además mejoramos los índices de ausentismo y de clima laboral lo que permitió una certificación reconocida internacionalmente en Responsabilidad Social Empresarial.

Como medida complementaria implementamos una biblioteca para apoyo escolar que funcionaba a través de la intranet corporativa. Otra medida que impulsamos fue la contratación de madres jefas de hogar, con o sin experiencia previa. Hasta entonces el perfil determinado por la empresa que estaba basado principalmente en la apariencia física. Pude fundamentar el grado de compromiso y la eficacia de este grupo por las necesidades que implica ser jefa de hogar. Actualmente sigue siendo el perfil más eficiente en varias de las empresas donde se replicó esta medida. No solo por el compromiso con el trabajo, sino porque más de la mitad de ellas terminó una carrera técnico profesional mientras trabajaba, asociado a un convenio que gestionamos con universidades. Esto fue una visionaría política de desarrollo y movilidad interna ya que les ha permitido postular a mejores cargos.

En el mundo laboral las etiquetas que refuerzan estereotipos son muy frecuentes y en mi opinión, se transforman en grandes barreras. “Prefiero un jefe hombre porque las minas son muy complicadas”, “para las mujeres un sueldo más bajo, porque no puede ganar más que el marido”, “las mujeres necesitan menos que los hombres porque su sueldo es para ellas, no para mantener la casa” y así suma y sigue. El problema es que quienes más decían estas frases eran las mismas mujeres.

En las políticas que me ha tocado impulsar en empresas veo desafíos que deben ser parte de esfuerzos mayores e integrales. Por ejemplo: cómo involucramos a hombres y niños para hacerlos parte de los debates sobre maternidad y trabajo. Necesitamos reciprocidad y alianzas dentro y fuera de la casa. Necesitamos una educación con enfoque en los derechos que fomente liderazgos inclusivos y generación de opinión en la diversidad. No solo ocuparnos de dejar un mejor planeta para nuestros hijos, sino dejar mejores hijos para nuestro planeta.

Las mujeres trabajar la autovaloración; declarar que sabemos hacer tal o cual cosa con determinación. Debemos aprender a cuidar nuestros espacios de reflexión o de crecimiento personal, junto con aquellos espacios que nos permiten estar organizadas y actuar articuladas. Solidarizar, crear redes, hacer comunidad, volver a agruparse, a reencontrarnos en instancias como las que genera Alquimia son fundamentales. Eso es construir movimiento más allá de causas específicas donde una acción concreta es apoyar a la Red mujeres confiando en mujeres.

Soledad Candia Ramírez
Directora de gestión LIDERAMUJER

Más información sobre el encuentro “Nuevas Maternidades” de Fondo Alquimia

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