El día 23 de septiembre fue instaurado como el Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas en la Conferencia Mundial de la Coalición Contra el Tráfico de Personas en coordinación con la Conferencia de Mujeres que tuvo lugar en Daca, Bangladesh, en enero de 1999. Este encuentro fue organizado por la Coalición Internacional contra el Tráfico de Mujeres.

La trata de personas es un tipo de esclavitud que permanece en la sociedad contemporánea y consiste en la compra y venta de niños/as y adultos/as para su explotación. Su característica esencial es la cosificación de la persona “la víctima es transformada en un medio para beneficiar a terceros, generalmente económicamente, sometiéndola a condiciones que degradan su dignidad”. (Subsecretaría de Salud Pública de Chile, 2017).

Las distintas formas de explotación son la sexual, el trabajo forzado, el matrimonio forzado, la venta, la adquisición de niños soldados, y también para la extracción de órganos, de acuerdo a cifras de las Naciones Unidas.

Algunos factores que favorecen los secuestros o el traslado de seres humanos para la trata son la vulnerabilidad económica expresada en la pobreza de algunas comunidades, la desigualdad de género, violencia contra las mujeres, conflictos étnicos, guerras, desastres naturales y falta de acceso a la educación, según estudio de la Subsecretaría de Salud Pública de Chile (2017). La Comisión Europea señaló que la crisis migratoria ha sido aprovechada por las redes delictivas implicadas en la trata de seres humanos, en particular las mujeres y los niños. Las estadísticas de las Naciones Unidas indican que las mujeres representan el 49% de todas las víctimas de trata, y las niñas el 23%.

Es importante recordar que este problema persiste y que adquirir conciencia y estar informados e informadas, también es un paso para visibilizar y aportar en la erradicación de este tipo de crimen organizado que afecta a las mujeres y a la población más vulnerable.