Este trágico hecho nos invita a cuestionarnos cómo está la situación en nuestros espacios de trabajo junto a la importancia de prevenir casos como este.
El pasado jueves 20 de enero, en un supermercado en Concepción, Chile, murió Mónica Vásquez. Una trabajadora que sufrió un paro cardiorrespiratorio luego de recibir gritos de su jefe.
A partir de su fallecimiento, diversas organizaciones se pronunciaron al respecto, tales como la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Donde la consejera nacional de la CUT, y dirigenta de la Confederación Coordinadora de Sindicatos del Comercio y Servicios Financieros (CSC-SFI), Karen González, manifestó más detalles de los hechos:
“(la trabajadora) Estaba sufriendo de acoso laboral hace tres años, se presentaron las denuncias correspondientes. Se presentaron códigos de ética ante la empresa contra el administrador y directamente al jefe de Caja. No hubo respuestas favorables. La Inspección (del Trabajo) tampoco constató este acoso, ya que los trabajadores tenían mucho miedo, porque el jefe siempre amenazaba a los cajeros: si hablaban algo, podían ser desvinculados“.
Además, la misma organización comentó que la trabajadora tenía un certificado médico que acreditaba “problemas en sus piernas, por lo que requería trabajar en las cajas comunes de supermercados, es decir, sentada“. Lugar donde su jefe no le permitió estar y en su lugar le ordenó trabajar de pie en el sector de autoservicio.
Sobre lo ocurrido la psicóloga y Encargada del Área de Inclusión de LideraMujer, Constanza Araya, enfatiza que es crucial que las organizaciones busquen evitar este tipo de tragedias. Y destaca que es esencial que cada organización se preocupe de:
“Crear espacios seguros y ser una organización que cuida a sus colaboradores y que también cuida de la comunidad. Ya que esto es una forma de generar valor compartido e influir positivamente en la sociedad también.”
Desde LideraMujer lamentamos este trágico hecho en Chile e invitamos a tomar consciencia sobre la importancia del bienestar de quienes conforman los equipos de trabajo. Las organizaciones deben apuntar a ser espacios seguros, sin maltrato y que velen por el óptimo desarrollo de las personas que las conforman.