Marzo es conocido por ser un mes de inicios laborales y/o académicos. Este marzo nuevamente será diferente, ya que cumpliremos un año desde que se declaró la pandemia por COVID-19. Y uno de los principales cambios que esta provocó, fue la modalidad en que desarrollamos nuestro trabajo.
El teletrabajo se transformó en una alternativa común para poder mantener empleos durante la pandemia. Por lo que enfrentar los inconvenientes que este puede presentar resulta fundamental para un mejor funcionamiento y desarrollo de quienes conforman las organizaciones.
Ahora más que nunca se hace esencial considerar que todas las personas tenemos realidades diferentes. Y que el contexto que está viviendo el mundo nos puede afectar de distintas formas.
Por ejemplo, una consideración sería contemplar que en el teletrabajo hay importantes brechas de género. Ya que según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) “en varios países los hombres dominan mejor que las mujeres este sistema de trabajo”.
Además, desde antes de la pandemia las mujeres ya dedicaban más tiempo que los hombres a las tareas del hogar y de cuidados. Lo que se mantuvo e incluso aumentó durante el confinamiento.
Estas consideraciones resultan esenciales al analizar el escenario al que nos seguiremos enfrentando en esta modalidad laboral.
El principal desafío, a nivel laboral, que llegó con la pandemia fue el adecuar nuestra forma de trabajar al nuevo escenario. Y junto con ello, la implementación de todas las herramientas a las que pudiéramos acceder, y mejoraran nuestra experiencia.
Quienes dirigen las organizaciones, y sus equipos de trabajo, tienen la labor de evaluar las condiciones en las que estos se desempeñan. Revisar que tengan los implementos tecnológicos, el acceso al Internet, y las condiciones ambientales favorables, se vuelve clave en el desempeño de las tareas.
Para ello también es importante que en los equipos de trabajo se desarrollen mejores niveles de confianza. Con el objetivo de que el traspaso de esta información sea más fluída y cómoda.
Es valioso recordar que este proceso de adaptación al cambio lo vive la organización, pera también cada persona en privado. Preocuparnos desde las partes más específicas y personales, nos permite construir esta nueva modalidad de trabajo en bases mucho más firmes.
Como Lideramujer sabemos que la adaptación al cambio es un paso importante en todos los equipos de trabajo. Por lo mismo, buscamos ayudarte y guiarte en este camino.
Sin duda, lograr las mejores condiciones para teletrabajar es esencial para todas las personas de un equipo. Así como también para todas las organizaciones.
Por eso, desde Lideramujer y a partir del documento «Impacto de la crisis covid-19 en mujeres trabajadoras remuneradas de Chile», de ONU Mujeres, te recomendamos algunas acciones para mejorar esta experiencia: