La equidad de género en el trabajo sigue siendo una deuda pendiente en Chile, América Latina y el mundo. A pesar de los avances en la participación de las mujeres en el mercado laboral, persisten desigualdades significativas en términos de acceso, remuneración y liderazgo. Este artículo presenta estadísticas actualizadas con sus respectivas fuentes textuales, destacando la urgencia de seguir avanzando en políticas de equidad.

 
Chile: participación laboral y brecha salarial

En Chile, la participación de las mujeres en el mercado laboral ha crecido, pero aún enfrenta desafíos estructurales. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en su informe Mujeres en Chile y Mercado del Trabajo – Participación Laboral Femenina y Brechas Salariales (2022), “hasta el año 2012, la tasa de participación laboral de las mujeres en Chile se mantenía por debajo del 50%, posicionándose como una de las más bajas de América Latina”. Actualmente, esta cifra ha aumentado, pero sigue estando por debajo de la masculina.

La brecha salarial es otro problema persistente. Un estudio publicado en Perfiles Latinoamericanos (2021) indica que “en 2017, la discriminación salarial en Chile alcanzó un 49,7%, desglosado en un 45,2% correspondiente al subpago de las mujeres y un 4,5% al sobrepago de los hombres” (Scielo, 2021).

En cuanto a posiciones de liderazgo, el Ministerio de Economía de Chile reportó en su Cuarto Reporte de Indicadores de Género en el Mercado del Trabajo 2022 que “a diciembre de 2022, el 34% de las personas designadas en altos cargos a través del Sistema de Alta Dirección Pública eran mujeres, marcando un récord histórico en el país” (Ministerio de Economía, 2023).

América Latina: avances y desafíos

En América Latina, la participación económica de las mujeres ha mejorado, pero las desigualdades persisten. Según el informe Global Gender Gap Report 2023 del Foro Económico Mundial, “América Latina ha cerrado aproximadamente el 74,3% de su brecha de género, situándose como la tercera región con mayor paridad a nivel mundial. Sin embargo, al ritmo actual, se estima que tomará 53 años alcanzar la plena igualdad de género” (Foro Económico Mundial, 2023).

En términos de remuneración, el Banco Mundial señala en su artículo The Gender Wage Gap in Latin America and the Caribbean (2023) que “las mujeres en América Latina ganan, en promedio, 70 centavos por cada dólar que perciben los hombres” (Banco Mundial, 2023). Esta diferencia se mantiene incluso cuando se comparan trabajadores con niveles similares de educación y experiencia.

Además, el informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad (2022) señala que “las mujeres destinan más del doble de tiempo que los hombres a las tareas de trabajo no remunerado, lo que limita su inserción laboral y su desarrollo profesional” (CEPAL, 2022).

Mundo: una brecha persistente

A nivel mundial, la desigualdad de género en el ámbito laboral sigue siendo una realidad. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierte en su informe Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo 2023 que “a nivel mundial, la tasa de ocupación de los hombres es significativamente mayor que la de las mujeres. En algunos países, la tasa de ocupación masculina es 1,45 veces la de las mujeres” (OIT, 2023).

El Foro Económico Mundial, en su Global Gender Gap Report 2023, indica que “la brecha de género en el ámbito económico y laboral a nivel global se ha cerrado en un 60,1%, y al ritmo actual tomará aproximadamente 169 años eliminarla por completo” (Foro Económico Mundial, 2023).

Uno de los factores clave que perpetúa esta brecha es la penalización por maternidad. Un artículo publicado en Cinco Días de El País (2024) menciona que “la llegada del primer hijo suele marcar una disminución significativa en la participación laboral femenina, fenómeno conocido como ‘penalización por hijos’. Este impacto varía según la región y el nivel de desarrollo del país” (Cinco Días, 2024).

Hacia un futuro más colaborativo

Las cifras demuestran que, aunque ha habido avances en equidad de género en el ámbito laboral, aún queda un largo camino por recorrer. Es fundamental que tanto los gobiernos como el sector privado continúen impulsando políticas y estrategias que reduzcan la brecha salarial, aumenten la participación femenina en el trabajo y promuevan una distribución equitativa de las responsabilidades familiares.

La equidad laboral no solo es un imperativo ético, sino también una inversión en productividad y bienestar social. Como lo señala la OIT en su informe Las mujeres en el trabajo: Tendencias 2023, “las empresas con mayor equidad de género en sus equipos directivos tienen hasta un 20% más de probabilidades de registrar mayores ingresos y mejores resultados empresariales” (OIT, 2023).

El desafío sigue en pie: avanzar hacia un mercado laboral más justo, inclusivo y equitativo para todas las personas.