Pioneras en conjugar la Responsabilidad Social Empresarial con la perspectiva de género, se dedican a formar a las empresas para la igualdad de la mujer y, entre otras cosas, están trabajando con el Senado para elaborar una ley en contra de la violencia obstétrica.

Lideramujer es una de las pocas empresas formada un 100% por mujeres que está encargada de empoderar al género femenino en el área laboral para construir una cultura equitativa (tanto para hombres y mujeres). Haciendo consejerías en empresas, buscan lograr un avance cultural sobre la importancia del rol femenino tanto dentro como fuera del trabajo.

En El Definido hablamos con Soledad Candia, creadora de Lideramujer quien nos explicó cómo la violencia de género se hace real sin que nos demos cuenta, y cómo es posible erradicar la diferencia de género en el ámbito laboral, siguiendo los ejemplos de la nueva generación Millenial, o siguiendo los pasos de países como Noruega o Finlandia que han logrado que apenas exista brecha en éstos términos. Aquí les contamos sus claves.

Igualar la cancha

El proyecto comenzó con dos amigas cesantes que decidieron usar sus habilidades competentes para iniciar una consultora dedicada a la mujer. Soledad Candia, Ingeniera en administración de empresas, diplomada en dirección de Recursos Humanos en la UC; junto con Marcela Sandoval, experta en derechos humanos en el área de la perspectiva de género. A finales de 2013, decidieron seguir un llamado vocacional en un tema que siempre les había importado.

Había una escasez de servicios de tipo de asesoría y consejería relacionados a la igualdad de género en el área laboral/empresarial y por lo mismo, una pobre educación sobre estos temas en Chile, en comparación del mundo. Soledad y Marcela vieron en problemáticas como la diferencia salarial por género o el trato a la mujer dentro del trabajo. Esto lo tomaron como una oportunidad para educar y es así como nace Lideramujer, una consultora que no solo busca centrarse en el valor de la mujer en la sociedad, sino que también busca una cultura sana, donde los roles de género se compartan las tareas en todo ámbito. ¿Por qué ese nombre entonces?

Soledad nos contó que si bien se busca la igualdad de ambos sexos, durante años el rol de la mujer se ha visto discriminado por la figura masculina y por eso se busca potenciar el sexo femenino y trabajar más directamente con éste, pues se deben abordar las problemáticas de género empoderando a quienes se ven en desventaja.

¿Qué es lo que hacen?

En Lideramujer se trabaja con las empresas desde la perspectiva de género. ¿Qué significa esto? Que se identifica tanto al género femenino como al masculino según sus funciones biológicas y aquellas normadas por la sociedad, es en esto último en donde se hace énfasis para educar de mejor manera las conductas discriminatorias.

En las empresas a las cuales se asesora, se busca lograr la independencia económica de las mujeres, la cual lleva de la mano otros factores que puedan aquejar a la mujer fuera del trabajo, considerando que aún hay discriminación, abuso laboral y abuso de poder y sexual en los hogares (por esta causa mueren alrededor de 40 mujeres al año).

“La única forma de que la mujer salga de su círculo de la violencia intrafamiliar u otras violencias, es justamente la independencia económica, a menos que se tenga una red de apoyo familiar o de amistades muy potentes, pero la mayoría de las mujeres no la tienen”, nos dice Soledad.

Nos explicó lo difícil que es que las empresas les abrieran las puertas, pero han visto un avance trabajando con el gobierno, luego de contactarse con encargadas de distintos ministerios que les permitieron hacer los primeros trabajos capacitando a organismos del Estado, que hasta el día de hoy, las han llevado a realizar consejerías por Chile.

El arduo trabajo de Lideramujer les ha permitido ser convocadas por la comisión de salud del Gobierno y del presidente del senado Ricardo Lagos Weber para llevar a cabo un proyecto de ley en contra de la violencia obstétrica en hospitales.

Lo que hace falta cambiar en Chile

Como nos contó soledad, hay tres cosas principales que le hace falta a nuestro país, pero que a la vez son tres aspectos que se entrelazan en una especie de círculo que lo convierte todo en uno solo.

1. Todo es un tema cultural: hace falta cambiar la educación desde su base, con un sistema educacional que capacite tanto a profesores y profesoras en temas de género, erradicando una formación con sesgos sexistas para ambos lados y que potencie la colaboración de roles para mujeres y hombres.

2. Entender que no se trata de estar “en contra” de los hombres: como se aclaró en el primer punto, la educación con perspectiva de género no se trata de crear una lucha entre hombres y mujeres donde la mujer la que se ponga por encima, con mayores privilegios.

3. Nuevas políticas públicas: la autorregulación de las empresas no sirve y quedó demostrado, es necesario que existan leyes que regulen el panorama sexista, partiendo por la diferencia de sueldos en que una mujer gana menos que un hombre estando en el mismo puesto y haciendo lo mismo, o por ejemplo, que en los bancos el perfil de la mujer se ve menos valorado a la hora de pedir un préstamo pero que curiosamente cumplen mejor en los plazos de pago que los hombres.

Ejemplo de sus políticas de trabajo está el post natal dividido 50% para hombres y 50% para las mujeres, de esta manera se aseguran que los roles trabajen en un conjunto en algo tan básico como la paternidad, porque el hombre también debiese tener el derecho a ser padre.

Soledad nos explicó que “las empresas allá se benefician de esto, porque si tienen empleados más felices, más sanos, con hijos que crecen con mejores herramientas, y más seguros, se genera una cadena virtuosa y estos países aprendieron hace tiempo de ello y por lo mismo, generan un gran impacto a nivel mundial”.

Pese a todo, vamos por buen camino

Existen muchas barreras por derribar, pero poco a poco se van viendo detalles en la misma cultura, que van adoptando un aire más esperanzador, lo que indica que estamos bien encaminados. Soledad contó, como es que de a poco se van dando señales que son una ayuda a progresar como sociedad, y que estas señales son pequeños detalles que se van acrecentando con el tiempo a favor de la igualdad de género, la más evidente, la generación “millenials”.

Parece contradictorio, pero los más jóvenes están educando a las generaciones más viejas. Son una generación mucho más consciente de la paternidad, ellos salen con sus hijos, no se pierden ninguna de sus actuaciones del colegio y las empresas que trabajan con gente más joven adquieren esta consciencia también.

“Antes, hace dos generaciones atrás, era impensado pedir permiso al jefe de faltar al trabajo para ir a ver la presentación del hijo al colegio, hoy día es casi evidente que te tienen que dejar ir, eso significa un avance cultural dentro de las empresas y a nivel de país también”, nos asegura Soledad, quien concluye diciendo: “mira, justo ahora estoy en el balcón y veo a un papá paseando a su hijo en coche, solo, sin la mamá, eso antes no se veía y nos da una señal de esperanza”.

¿Crees que hemos evolucionado en la igualdad entre el hombre y la mujer?
¿Qué otros desafíos tenemos pendientes?

Lea el artículo original en El DEFINIDO.

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